Por etapas
«Empiezo con un café con leche sin lactosa y semidesnatada. Más tarde, otro café, un zumo de naranja y, a veces, unas tostadas con aceite de oliva, tomate y sal».
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Viernes, 09 de Mayo 2025, 11:09h
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XLSemanal. Es quizá su novela más descarnada. Va perdiendo el glamour de El tiempo entre costuras y endurece mucho a sus personajes, ¿es su forma de madurar literariamente?
María Dueñas. Puede que haya algo de evolución personal, pero está más en consonancia con el mundo que quería reflejar: la emigración española a la Argelia francesa tras la Guerra Civil española. No daba para mucho glamour.
XL. Desde las primeras páginas nos obliga a empatizar con una asesina y casi a morir por ella si fuera necesario.
M.D. Es que es una asesina en defensa propia ante un atropello atroz y no tenemos más remedio que ponernos de su lado. Ella responde con instinto animal de supervivencia.
XL. Cecilia, la protagonista, tuvo muy mala suerte con todos los hombres que encontró a su paso y muy buena con las mujeres (prostitutas y lavanderas) que compartieron con ella lo poco que tenían.
M.D. Exacto, es lo que ahora llamamos 'sororidad'. He intentado reflejar cómo ha sido el mundo de las mujeres a lo largo de los siglos: siempre se han cuidado unas a otras arrimando el hombro cuando se han necesitado.
XL. ¿Por eso en sus novelas nunca hay mujeres malísimas del todo?
M.D. Sí, porque aun cuando son malas tienen sus razones y, aunque no las compartimos, las entendemos.
XL. Hace quince años cayó como una paracaidista en la élite de la literatura, ¿la aceptaron igual hombres y mujeres?
M.D. Sí, por igual. El equipo editorial con el que trabajé estaba compuesto por mujeres y sigue siendo el mismo. Siempre te encuentras una queja subida, pero en general la aceptación fue muy buena y agradable.
XL. ¿Se relacionó con Mario Vargas Llosa?
M.D. Sí y fue encantador, generosísimo. Cuando se iba a publicar El tiempo entre costuras en Estados Unidos, tuve la osadía de pedirle una frase que acompañara el lanzamiento, porque me había dicho que le había gustado mucho mi novela, y a las dos horas me la mandó: «Una novela maravillosa con intriga, amor, misterio y ternura». Era un hombre muy generoso y cariñoso.
XL. Ha sido número uno en ventas en Sant Jordi, un buen pistoletazo de salida. ¿A sus hijos se les cae la baba con su madre?
M.D. ¡Ja, ja, ja!, no es una competición. Me han felicitado mucho, ha sido una alegría, pero aún queda mucho recorrido. ¿Mis hijos? Muy contentos, pero sigo siendo para ellos la madre con las gafas en la punta de la nariz que les dice «tómate el zumo» [ríe].
«Empiezo con un café con leche sin lactosa y semidesnatada. Más tarde, otro café, un zumo de naranja y, a veces, unas tostadas con aceite de oliva, tomate y sal».